28 de octubre de 2011

Oda al chocolate

En aquel mismo instante,
que sobre mi lengua te posaste,
una fiesta de placeres
a mi boca llevaste.

¡Oh, qué maravillosa sensación!
Dulzura y calor,
desbordas sin compasión.

Con sólo probarte
al cielo mismo me llevaste.
¡Cómo eres de excitante!

Posees un sabor sin igual
de mi lengua no te quiero arrancar,
una vez que en ella estás
siento que no puedo parar.

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