En el sillón pensando,
de todo y nada.
El libro que leía
aun seguía en mis manos.
Y así me quedé largo rato,
sólo mirando el silencio
que sin aviso
moría a causa de mis gatos
Levanté la vista
y ahí estaban ambos
como locos disfrutando
Se mordían sin pensarlo
Corrían sin cansancio
Y de pronto ¡sorpresa!
Los dos calmados se quedaron
Mi atención ya habían ganado
Los seguí observando
Y con ellos lo entendí
El amor se haya
en quienes menos lo esperamos
El con sus patas la abrazaba
Ella con ternura lo miraba
La escena impresionaba
¡¡¡Eran gatos!!!
Pero lo supe al verlos,
realmente se amaban.
Gracia causaban,
pero una lección me enseñaban.
Si ellos siendo animales
podían quererse sin daño
¿Por qué no el ser humano?
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