Literatura, la decisión

Arduamente lo pensaba

Sin saber yo qué hacer

Firmeza por un tiempo denotaba,

Mas luego titubeaba

El periodo se agotaba

Decidirme precisaba

y a este miedo asentar

para un alto emplazar

Los anhelos por crecer

Y nutrir mi mente al cien

Inútiles de tornaban

Si a una carrera yo no optaba.

La pasión era clara

De las letras enamorada estaba

Pero el temor a fracasar

No me permitía arriesgar.

Mi conciencia negó el amor

Y en otras áreas se ocultó

Pero el corazón luchó

Y triunfante resultó

De las tinieblas me alejé

Y de confusiones ya no sé

La quimera cumpliré

¡Una literata yo seré!

Como guerrera pelearé

Para el sueño defender

De quien se oponga

O me quiera detener.

El que quiera inhumar

estas ansias por trazar

una fiera conocerá.

A las grafías todo de mi daré

Para al escrito mi vida dedicar

Tengo mucho que plasmar

Y al mundo expresar

Literatura, desafío serás

pero eso me alienta a batallar

¡Lo que cuesta se quiere más!

Dios

¡Cuántas maravillas su divinidad proveyó!
¡Cuánta hermosura su magnificencia entregó!

A diario somos testigos de su creación
hasta parte somos de tal invención

Con valles y praderas el paisaje constituyó
De aguas cristalinas los ríos llenó
y con bellas flores todo adornó

Con su obra, perfección demostró
Si aún lo dudas mira a tu alrededor

Observa al ave que a su cría alimentó
Observa al rosal que de beldad los campos irradió

Si todavía incrédulo de tales hechos eres
mira la grandeza que tu existencia manifiesta
que al hacerlo confirmarás la omnipotencia de Dios

A mi madre

Me amaste desde antes de existir

Tanto me anhelaste que a inventarme tú llegaste

Tres meses en tu mente con ansiedad me imaginaste

Y no fue sino hasta el cuarto 

cuando la vida acogida en tu cabeza,

a tu vientre trasladaste

No fueron treinta y seis semanas,

 mas sí cuarenta y ocho las que aguardaste.

Cuarenta y ocho para conocer el rostro de tu semejante

Diecinueve años y tres meses son lo que hoy de vida tengo

Pero diecinueve y seis los que tu ser me ama

¡Esa sí que es una verdadera madre!

Duras caídas hemos tolerado,

más de una y hasta casi acabarnos

Pero ni el dolor ha permitido, 

que madre e hija se amen  menos.

Única eres entre todas

Madre bella y maravillosa

Errores…sí has cometido errores

Pero cómo juzgarte por las equivocaciones

Si humana eres, aunque divina seas para mis ojos

Perfecta para el mundo no eres

Perfecta para el mundo no serás

Pero en mi mente lo has sido siempre

Y lo serás por la eternidad

De orgullo mi alma rebosa

Cuando pienso que esa mujer hermosa

Mi madre es y por cierto la mejor de todas

Locos apasionantes

En secreto se buscaban

Ella con su coqueta mirada

El con la voz susurrante.

En el juego ya estaban

Y negar esa atracción, no era soportable.

Soltar las cadenas que a los deseos aprisionaban

era lo que ambos con presteza precisaban.

Apasionantes palabras y fulminantes miradas

Irradiaban que una noche mágica les deparaba

¡Cómo apetecían rozarse

Y aun más, poder besarse!

Los suspiros arrollaban el silencio imperante,

de esa noche alucinante.

El los ojos cerraba,

Y Soñaba con la chica que escuchaba

Ella los ojos cerraba

e imaginaba que juntos se hallaban.

Si adyacentes esos cuerpos hubiesen estado

Un precedente esa noche habría dictado.

Locura extrema esos dos proclamaban,

pero en secreto todo se quedaba